Los días de vino y rosas hace tiempo que se acabaron en Unipost. Pero ahora, cuando hay que gestionar el despido de 372 trabajadores, los Raventós, principales accionistas de la compañía, continúan recolectando más embrollos judiciales, que se suman a la ya complicada situación que atraviesa el operador postal.

Ayer, jueves, la dirección de la empresa participada mayoritariamente por la centenaria familia de la burguesía catalana – dueña además de otras compañías, como la señera Codorniú–, volvió a cosechar el vino aguado de la decepción, tras reunirse con la parte sindical.

La representación de CCOO salió de la reunión enmarcada en el período de consultas del expediente de regulación de empleo (ERE) y se marchó directamente a sus servicios jurídicos. Anunció que llevará a los tribunales este ERE. Y con esta ya son seis las medidas laborales tomadas por la dirección que acaban en los juzgados.

El nuevo lío judicial de los Raventós se enmarca en el borrascoso proceso de reducción de costes emprendido por Unipost. Un proceso salpicado de ajustes y en el que CCOO se ha mostrado muy belicosa a la hora de recurrir medidas como diferentes rebajas salariales. Hasta en seis ocasiones han acudido a los juzgados en este ejemplo de judicialización de las relaciones laborales, que ha llevado a UGT a acusar a CCOO de “judicializar absolutamente todas” las medidas emprendidas por la dirección en el dilatado proceso de ajuste.

El monocultivo de la carta

CCOO incidió de nuevo este jueves en sus discrepancias sobre la legitimidad de la representación de los trabajadores a la hora de negociar el ERE. Y, a la salida de la reunión, acusó a la dirección de “volver a demorar” la constitución de una comisión negociadora, y de negociar “ilegalmente” con lo ellos llaman denominan una “minoría sindical”, que forman precisamente UGT y USO.

Pero las críticas sindicales de los de CCOO apuntan también a la gestión de los Raventós. En primer lugar, les acusan de presentar información “sesgada y maquillada” en torno al estado de la compañía en el documento ‘Informe de situación de Unipost’ entregado por los Raventós al auditor.

Según CCOO, la verdadera razón de la mala situación que atraviesa el operador de correos es la “mala gestión” de Raventós y en particular, su apuesta por el monocultivo de la carta, en detrimento de otras actividades que contribuirían a diversificar las actividades de la compañía.

Otras críticas apuntan a una reducción de plantilla que ha “desmantelado” la red de distribución lo que impide a la compañía cumplir con sus compromisos, adjudicados por concurso. Así como una política de hundimiento de precios, “que impide cubrir los costes”. Una política que, añaden, la dirección debe revertir de inmediato.

El ERE en Unipost, cuyo plazo de adscripción voluntaria termina el 16 de mayo, plantea 372 despidos y ofrece 24 días de indemnización por año trabajado, con un tope de 12 mensualidades, aunque con restricciones ya que no podrán acogerse a él, según señalan desde la sección de la CGT de Barcelona, ni los mayores de 50 años ni los que tengan familias numerosas.