Ana Botín inicia la ‘revolución tranquila’ en el Santander

14/09/2014

Miguel Ángel Valero. Profundizará en el relevo generacional de la primera línea ejecutiva, ya iniciado por Emilio Botín, y lo extenderá al consejo de administración.

“La muerte de Emilio Botín no ha hecho más que adelantar lo que estaba previsto que se produjera en 2015 o, como muy tarde, en 2016: su relevo en la presidencia del Banco Santander por Ana Patricia Botín”, explica un veterano directivo del sector financiero, que conocía muy bien al fallecido banquero. “Que estaba previsto de antemano, lo demuestra lo rápido y lo bien que se ha hecho el cambio en el Santander”, subraya.

Ana Botín, como prefiere el banco que se denomine ahora a su presidenta, afronta su primera junta general de accionistas. La muerte de Emilio Botín ha convertido un anodino acto, en el que se va a aprobar la emisión de acciones necesarias para la adquisición de los títulos del Santander Brasil en manos de minoritarios, en el estreno público de la primera mujer que encabeza un gran banco en España y en Europa (el escandinavo SEB, presidido por Anika Flakengren, es menos de la mitad que el tamaño del Santander).

Además de un homenaje a su padre, Ana Botín enviará algún mensaje sobre lo que quiere hacer al frente del Santander, dirigido tanto a la propia organización como a los inversores institucionales, los fondos internacionales, que son los que más capital controlan del mayor banco español. Pero posiblemente la palabra que más utilice en su intervención sea la de continuidad.
En una semana muy complicada, sobre todo por los conflictos geopolíticos (Ucrania, la amenaza yihadista, la incertidumbre sobre el resultado del referéndum de Escocia), la primera sesión bursátil con Ana Botín como presidenta del Santander terminó con una subida del 0,44%. Simplemente, una anécdota, pero una bajada de la cotización hubiera desatado las especulaciones sobre el malestar de los fondos a un relevo familiar dentro del banco con mayor capitalización bursátil de la eurozona.
Dentro y fuera del Santander se espera una ‘revolución tranquila’. Ana Botín irá imponiendo, sin prisa pero sin pausa, su propio estilo, sus prioridades estratégicas, sabiendo que lo tiene mucho más difícil que su padre para superar la herencia recibida en el banco, y que las comparaciones, aunque siempre son odiosas, van a ser ineludibles. Y más cuando está considerada como “la más Botín” de la familia. La idea central, ya expresada en sus palabras de aceptación del cargo , es hacer “un banco cada día mejor, para los empleados, los clientes y los accionistas”.

Pendientes del examen a la banca europea

Desde este planteamiento, la estrategia a corto plazo del Santander se encuentra condicionada por los resultados del examen a los grandes bancos europeos por parte del BCE. Que el Santander va a salir fortalecido de esa prueba prácticamente nadie lo pone en duda. Pero es probable que el banco español tenga que acudir al ‘rescate’ de alguna entidad en dificultades, o que haya salido seriamente tocada del examen.
Si no se produce una compra de estas características, en Europa las prioridades estratégicas parecen apuntar a Alemania, donde el Santander tiene una fuerte presencia en financiación de consumo pero no en banca comercial. Polonia es un mercado clave para el grupo, sobre todo como puerta hacia Europa del Este y hacia Rusia, aunque ahora no sea el mejor momento para plantearse una expansión más allá de los Urales.
El Santander quiere potenciar la división de Consumer, especialmente en Francia y en Italia. En este país, como en Portugal, la existencia de bancos con problemas puede facilitar compras por parte del Santander.
En Reino Unido, una vez que se produzca la sustitución de Ana Botín como consejera delegada de Santander UK, no se planteará la salida a Bolsa de la filial que aporta ahora mismo más beneficios al grupo hasta que no esté más avanzado el giro estratégico iniciado por ella: menos hipotecas y más pymes y clientes particulares. Parece descartada la opción de sacar a Bolsa Santander UK el año que viene, aunque en la filial británica insisten en que su entonces consejera delegada era partidaria de esa decisión.
En España, se espera un mensaje de confirmación de las expectativas de resultados (3.000 millones en 2016, que supondría una aportación del 30% del beneficio del grupo) y de las prioridades estratégicas: pymes, financiación de consumo (se espera mucho de la alianza con El Corte Inglés), segmentación de la oferta y al mismo tiempo globalización (en la línea de Select, para patrimonios altos, o Passport, para empresas exportadoras, entre otras iniciativas), y ganancia de clientes y de cuota de mercado de forma orgánica.

Asia, a medio plazo

Fuera de Europa, Brasil es el principal quebradero de cabeza del Santander, por la situación macroeconómica y las incertidumbres sobre si Dilma Rousseff se mantendrá en la presidencia del país. El grupo no descarta adquisiciones en este país.

Estados Unidos es la otra gran prioridad, para volver lo antes posible a la normalidad del dividendo tras no haber superado las pruebas impuestas por la Reserva Federal.

En México se quiere ganar presencia y acortar distancias con su principal competidor en España, el BBVA, que controla Bancomer, y en Estados Unidos, Citi, dueño de Banamex.
A medio plazo, el Santander tendrá que mirar mucho más hacia Asia. No sólo China, donde tiene una creciente presencia. También, India y los países del Sudeste. Turquía es una asignatura pendiente, sobre todo desde que el BBVA entrara en el Garanti Bank.

Rejuvenecimiento

Ana Botín parece comprometida en ‘mimar’ al inversor institucional, y será mucho más activa que su padre en las relaciones con los gestores de los grandes fondos, que en el Santander ha sido tarea del consejero delegado. Las estrechas relaciones entre Javier Marín y la presidenta facilitarán ese cambio.
También profundizará en el rejuvenecimiento de la primera línea ejecutiva del grupo, ya iniciada por Emilio Botín con los ascensos de José García Cantera (consejero delegado de Banesto con Ana Patricia) o de Javier San Félix, entre otros. Un signo de los nuevos tiempos será la progresiva incorporación de ejecutivos extranjeros a la sala de máquiinas del Santander.
Ese relevo generacional y esa mayor internacionalización se extenderán también al consejo de administración. Sin prisa pero sin pausa, y con mucha mano izquierda porque esta tarea no es precisamente sencilla aunque algunos consejeros ya han mostrado su disposición a ceder el sillón al entender que lo ocupaban por su vinculación con Emilio Botín, el Santander irá incorporando consejeros más jóvenes. Habrá más presencia femenina. Y también habrá más consejeros de fuera de España.

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