El nuevo tope deportivo de la oferta Lexus GS, el inédito GS F que la marca de lujo de Toyota estrena en el Salón de Detroit de estos días, se sirve de un propulsor de gasolina aspirado, o sin turbo, 5.0 V8 similar al empleado por el también Lexus coupé RC F.

Rinde 473 CV, por los 477 CV del RC F, y según la demanda de potencia varía su funcionamiento de ciclo Otto a ciclo Atkinson para mejorar eficiencia.

Asocia cambio automático mediante convertidor de par con ocho estapas prefijadas a modo de velocidades (a gestionar de forma manual desde unas levas tras el volante), diferencial autoblocante electrónico con Torque Vectoring Differential, que modifica la entrega de par entre las ruedas posteriores (que son las de tracción) según los modos predefinidos Standard, Slalom y Track, para autorizar menor o mayor deslizamiento.

Y cuenta con chasis específico, configurado por muelles y amortiguadores más firmes. Con un peso de 1.845 kg, se distingue del resto de GS por sus paragolpes específicos, las cuatro salidas de escape cromadas típicas de los Lexus F, un discreto alerón sobre el capó del maletero y llantas de aleación de 19 pulgadas con neumáticos 255/35 y 275/35 delante y detrás, respectivamente.

Dentro exhibe asientos deportivos tipo báquet, inserciones decorativas de carbono e instrumentación digital.