Cuando miras la cámara Samsung Galaxy por la parte posterior, parece un smartphone, por su pantalla táctil de 4,8 pulgadas (el mismo tamaño que el Samsung Galaxy S III), sin botones físicos. Solo al darle la vuelta te das cuenta de que es una cámara de fotos digital. En su interior, también se asemeja a un teléfono móvil por la tarjeta SIM: la cámara integra por primera vez conectividad 3G. Esto permite compartir las fotos al instante, siempre que el usuario se encuentre en un lugar con cobertura de telefonía móvil. Sin embargo, no funciona para establecer llamadas de voz. Y no hay intención de incluirlas en este producto, dijo Samsung en su presentación en Madrid. De momento, tampoco se comercializa asociada con ninguna operadora, aunque la compañía coreana espera llegar a acuerdos con todas. Esa carencia obliga a llevar dos dispositivos si se quiere hablar por teléfono, aunque se suple con la descarga de Skype (programa de telefonía por internet, VoIP). Eso sí, se va a hacer un poco raro ver a alguien con la cámara pegada a la oreja.

No acaban ahí las similitudes con los smartphones. Integra el sistema operativo Android 4.1 (Jelly Bean), en una versión adaptada a las funciones de cámara de fotos. Por ejemplo, desde el menú de escritorio se accede directamente a la galería de imágenes, carpetas en Dropbox, Instagram, una aplicación de edición… Al ser una androide, se puede disfrutar de todos los contenidos de Google Play.

Más características de smartphone: procesador de cuatro núcleos a 1,4 Ghz (ya les gustaría a mucho smartphones tenerlo), 16 Gb de almacenamiento (ampliables con tarjeta microSD), wifi, GPS y bluetooth.

Como prestaciones de cámara, incorpora un sensor de 16 megapíxeles, zoom optico de 21 aumentos y gran angular de 23mm. Graba vídeo Full HD y cuenta con micro HDMI. Se adapta a la destreza del usuario, desde los que controlan más y prefieren configurar ellos todos los parámetros para captar la instantánea (modo experto), hasta los que solo les importa inmortalizar ese momento sin complicaciones (modo automático), o una mezcla de los dos, con la posiblidad de aplicar filtros predeterminados (modo smart) o crearlos con la herramienta Paper Artist.

Entre las funciones más novedosas, la posibilidad de disparo compartido con otro dispositivo Galaxy: se acercan los dos y, al pulsar un botón en la cámara, se crea una red wifi entre ellos para conectarlos. Después, se toma la foto y, en unos segundos, se recibe directamente en el otro miembro de la familia Galaxy. En el modo smart, la función «la mejor foto» selecciona la foto que, a su entender, es la mejor de todas.

«Es una nueva categoría de cámaras inteligentes. Responde a una demanda del consumidor, que quiere estar siempre conectado y compartir contenidos», señaló Celestino García, vicepresidente de la División de Telecomunicaciones de Samsung. La cámara habla con el resto de miembros de la familia de androides Galaxy en un «círculo virtuoso de comunicación», dijo.

Presentada en la feria IFA el pasado agosto, Samsung Galaxy Camera llegará a las tiendas españolas el 29 de noviembre, en dos colores (blanco y negro) y con un precio de 499 euros.