Pese a la crisis que arrastran muchos países, Bentley ha aumentado ventas un 32 por ciento en los 6 primeros meses de año. Nada mal para una marca de productos para multimillonarios, a los que a buen seguro satisfará el nuevo Continental GT Speed (4,80 metros de longitud y habitáculo 2+2, con un maletero de 358 litros), el más veloz de cuantos se han construido.

Así lo avalan sus 330 km/h, por otra parte acordes con los 170.000 euros antes de impuestos que exige el fabricante de Crewe para hacerse con cada unidad.

Si algo distingue a un coche superior es, en muchos casos, la discreción, aquí con pequeños pero significativos detalles sobre el resto de Continental GT. Exteriormente se singulariza a partir de rejillas de radiador y entradas de aire negras que realzan un frontal de por si poderoso, llantas de 21 pulgadas y 10 radios, acero pulido en los estribos de las puertas… Detrás, nuevos escapes estriados y biseles cromados coronan un conjunto rematado por el logotipo W12.

Cosidos a mano

Las especificaciones Mulliner reservadas en opción a otros Continental GT para el interior del coche son de serie en el Continental GT Speed. Incluyen pieles perforadas y mullidas cosidas de forma artesanal en forma de rombo, acabados de consola en aluminio pulido brillante o tintados en negro; y si queremos rizar el rizo, en fibra de carbono satinada para evitar reflejos. Junto a ello, pedalier deportivo perforado en aleación y un sinfín de personalizaciones, como los 17 colores exteriores (aunque los técnicos de la casa pueden llegar conseguir más de 100) entre los que elegir.

Mover las casi 2,5 toneladas del Continental GT Speed no suponen problema para un motor de gasolina con doble turbocompresor 6.0 W12 de 625 CV y 800 Nm. Entre unos y otros, el paso de 0 a 100 km/h se completa en sólo 4,2 segundos, vaya, un auténtico misil. Eso sí, sin tantas prisas permite disfrutar del paisaje con el mayor confort imaginable gracias a la insonorización aplicada y el trabajo de la suspensión neumática.

Como todos los Continental GT, lleva tracción total con reparto de par 40:60 y estrena caja de cambios automática ZF de 8 velocidades, capaz de aceptar la brutal energía mecánica. También cuenta con dirección ZF Servotronic de cremallera y piñón, asistida, sensible a la velocidad.