Entre las ventajas del nuevo Toyota Auris figura la posibilidad de escogerlo entre motores de gasolina, diésel e híbrido Full Hybrid de gasolina-electricidad. Así, el modelo compacto japonés se postula como una alternativa evidente para los competitivos Ford Focus, Citroën C4, Mazda3, SEAT León y Volkswagen Golf VII, entre muchos otros.

De puertas hacia dentro, el nuevo Auris (4,27 metros de largo y maletero de 360 litros) sigue siendo, como buen japonés, un tanto insípido y con poca gracia a la vista. Pero salvo por detalles, los materiales empleados y su terminación son más que correctas. En todo caso, el coche presume de calidad y buen hacer, con ajustes que, parece, no darán problemas en años. Sobre el exterior, el Auris presume ahora de un frontal moderno y hasta cierto punto agresivo, sobre todo comparado con su antecesor, y en todo caso similar al del nuevo SUV Rav4 y al del remozado monovolumen medio de la marca Verso.

Alumbrado bixenón HID (antes no disponible), luces LED diurnas, altura de carrocería 30 mm menor y piso interior 10 mm más bajo (se aprecia más asentado sobre el asfalto)… En versión híbrida se distingue por detalles específicos, como parrilla inferior y difusor aerodinámico del paragolpes pintados en grafito metálico, emblemas Toyota en azul híbrido y pilotos traseros LED, además de llantas de aleación privativas.

Volviendo al Auris híbrido o Auris HSD, su tecnología Hybrid Synergy Drive combina, como citábamos, un motor de gasolina y otro eléctrico con una caja auto secuencial mediante variador continuo CVT. Disponible desde el inicio de la comercialización de la gama, no prima prestaciones y hace algo de ruido acelerando a fondo, pero se desquita con un gasto de risa (3,8 l cada 100 km de media y emisiones de 87 g por km), sobre todo en ciudad.

El nuevo Auris afina a su vez el resto de mecánicas disponibles, reduciendo consumos en todos los casos casi un 13 por ciento de media. Así, el cliente puede optar al bloque de gasolina 1.6 de 132 CV con cambio de 6 velocidades (5,9 l cada 100 km) y a los turbodiésel 1.4 de 90 CV (3,8 l cada 100 km) y 2.0 de 124 CV (4,3 l cada 100 km). La tracción es siempre delantera, y el cambio manual de 5 ó 6 marchas.

La gama se estructura en los acabados Live, Active y Advanced. El primero, exclusivo del turbodiésel de 90 CV, aporta alumbrado diurno LED, radio-CD y MP3 con puerto USB, climatizador, control dinámico de estabilidad (VSC+), 7 airbags y asistente de arranque en pendiente HAC. El Active, en todos los motores, añade multimedia Toyota Touch, Bluetooth, cámara trasera de aparcamiento, control de crucero, antinieblas delanteros y llantas de 16 pulgadas. Por último, el nivel Advanced apareja el conocido como Pack Confort, con un sistema avanzado de asistencia al aparcamiento (SIPA), control inteligente de luces de carretera (AHB), tapicería de cuero parcial, faros bixenón (AFS) y llantas de aleación de 17 pulgadas, entre otros.