El nuevo Audi TT exhibe una carrocería similar a la de su antecesor, pero más afilada y aerodinámica. Está hecha de una combinación de acero de alta resistencia y aluminio (buena parte del bastidor, capó, aletas y paneles de puertas…) para dejarse por el camino hasta 50 kg, según versiones. El interior sigue siendo de tipo 2+2, con dos plazas delanteras amplias y dos traseras para uso ocasional y no por adultos.

Sus dimensiones vienen a ser las de antes, pero gana distancia entre ejes hasta los 2,50 metros y también maletero: 305 litros.

Contará con 2 opciones de gasolina TFSI y una tercera de gasóleo TDI, todas 2.0 de 4 cilindros, turbo, start-stop y, en el caso de las primeras, con 230 y 310 CV (versión TTS), de inyección directa e indirecta. El TDI (7,2 segundos en el paso de 0 a 100 km/h y 4,2 l/100 km) da 184 CV y supera la normativa de contaminación EU6.

La tracción será delantera o total quattro, ésta en opción para el TFSI de 230 CV y de serie en el TTS, siempre mediante embrague multidisco. El TDI, en principio, será de tracción delantera con cambio manual. Además, a medio plazo habrá alternativas de cambio auto secuencial S tronic.

De nuevo, de serie el TTS (un extra para el resto) sumará amortiguadores de flexibilidad variable Audi magnetic ride. Otras posibles opciones pasarán por un avanzado (pero más sencillo de usar) comando de órdenes verbales, navegador y conexión a Internet, hasta creando una red WiFi para 8 dispositivos, amplificador inalámbrico del móvil, audio Bang & Olufsen…

Posición más baja y deportiva

El nuevo Audi TT sitúa los asientos (más ligeros) en una posición más baja, y estrena una llamativa instrumentación configurable y digital basada en una pantalla de 12,3 pulgadas.

Por cierto, mantiene el clásico alerón trasero retráctil a elevada velocidad, y también la opción de acabado más deportivo S line, con llantas de 18 pulgadas y suspensión 10 mm más próxima al firme, junto a extras tan interesantes como los faros MatrixLED.