Si hasta un candado puede volverse inteligente, cómo no los muebles. Una tendencia imparable y, sobre todo, muy práctica. Desde camas inteligentes hasta los diseños de IKEA con espacio para la TV y el DVD y, los más recientes, con cargador integrado para recargar la batería del smartphone incluso de forma inalámbrica. Es la línea Smart Home de la compañía sueca, recién llegada a las tiendas. Son lámparas y mesitas de noche con la tecnología de carga sin cables más extendida (el estándar Qi), compatible con smartphones como Galaxy S 6, Google Nexus y algunos Lumia, entre otros. Y también vende bases para carga inalámbrica y hasta fundas para el smartphone con esta capacidad. Así, nada de enchufar todos los días el teléfono. Llegas a casa, lo posas sobre el mueble o la base y ya está. Más cómodo imposible.

Para mayor bienestar, otra empresa puntera en integrar tecnología en los muebles: Piel Confort, con sus sofás a los que se les puede camuflar un kit de audio para alojar los dispositivos de Apple (iPhone, iPad y iPod). Pero solo en los modelos Diams, Evely y Enzo.

Aunque a veces la tecnología se incorpora más por estética que por funcionalidad, como en la mesa Cupíditas, capaz de retroiluminarse con distintos colores para diferentes estados de ánimo o ambientes. Elaborada por artesanos españoles en piedra de alabastro, un material traslúcido, en ella confluyen las técnicas y artes de la cantería, marmolería, orfebrería y electrónica con el fin de adaptarse a los gustos del usuario. A través del teléfono móvil, y vía wifi, se puede programar para que el cubo de alabastro cambie el color de la luz (funciona con 600 diodos LED), la intensidad y la transición automática de colores. Su base es de piedra basáltica y la superficie de vidrio templado. Se encuentra en dos tamaños, de 10 comensales (15.125 euros) y de 6 (7.018 euros). Es de la firma Amarist y las encuentras en PortobelloStreet.es.

Los muebles con luz también tienen su hueco en la decoración actual como piezas sobre todo para exteriores, ya sean sillones, mesas y hasta macetas gigantes que se encienden para dar un ambiente distinto en las noches de verano (por ejemplo, los de la firma Vondom y Giancarlo Zema).

Mientras se experimenta con un prototipo de sillón que monitoriza las constantes vitales o con otro que se adapta al cuerpo del usuario con solo pulsar un botón, otra tendencia tecnológica incipiente: los muebles y accesorios para el hogar materializados con impresoras 3D. Zaha Adid, Alessandro Zambelli, Alvin Huang y Francis Bitonti son algunos de los diseñadores que han creado algunas piezas, con la ventaja de que pueden comprarse bajo demanda. Philip Starck incluso ha impulsado una plataforma llamada TOG en la que los usuarios eligen los muebles a imprimir con múltiples posibilidades de personalizar la pieza con distintos materiales, colores y las medidas exactas. Impresoras como ONE, desarrollada en Alemania por BigRep, permiten imprimir muebles. Pero todavía no se ha popularizado el uso de estas máquinas en los hogares.