El presidente de Seat, Luca de Meo, ya avanzó en la reciente presentación de resultados de la compañía su apuesta transversal por todas las nuevas alternativas a la gasolina y al diésel. Incluso de Meo dio un toque de atención a las administraciones, centradas exclusivamente en favorecer la electrificación en la automoción.

En el VI Congreso de GASNAM, el máximo ejecutivo de la filial española del Grupo Volkswagen ha anunciado que el Centro Técnico de Seat en Martorell y sus más de mil ingenieros desarrollará la tecnología GCN (Gas Natural Comprimido) para su matriz, lo que impulsará la internacionalización de este centro situado en Martorell (Barcelona). “Queremos que ésta sea una tecnología ‘Made in Spain’; queremos ser pioneros y creemos que lo vamos a conseguir”, ha dicho el presidente de la multinacional española de la automoción.

En su intervención, De Meo ha valorado los nuevos retos que tiene el sector, como la movilidad en las ciudades o la irrupción del uso de energías renovables, como el gas natural vehicular: “Tiene un gran potencial de negocio tanto para la industria del automóvil como para la propia industria del gas”, ha dicho.

Alternativa sostenible y rentable

En este sentido, el presidente de Seat ha considerado el GNC “una alternativa sostenible y rentable frente a los combustibles tradicionales y el vehículo eléctrico” y, además, con ventajas como una mayor autonomía de repostaje, que es lo que busca el cliente: “que sea un proceso fácil y económico”.

Por otro lado, según De Meo, no hacen falta grandes inversiones, es una tecnología que ya existe y que se puede ofrecer ampliamente a los clientes con coches a un precio parecido al actuales tanto de gasolina como de diésel. No obstante, el precio se abarata considerablemente en el caso del repostaje: se calcula que el ahorro puede ser del 50% y del 33%, respectivamente, frente a los de gasolina y los de diésel. De Meo ha definido el GNC no solo como una tecnología puente en este momento de transición del sector, sino como una alternativa real a largo plazo.

Según los cálculos de Seat, con un millón de vehículos ligeros GNC se dejarían de emitir 1,2 millones de toneladas de dióxido de carbono al año y podría suponer un ahorro al conductor de entre 700 y 1.200 euros al año: “Estos coches, vehículos comerciales o camiones no requieren ningún desarrollo tecnológico, son fiables, seguros, extraordinariamente competitivos en costes, cómodos y muy prácticos. Tienen más autonomía que otras opciones y su uso se adapta al entorno mejor que otras tecnologías, ya sea para la conducción urbana, interurbana o de larga distancia”, ha dicho.