En el transcurso del año 2023, la M-30, arteria vial clave en la capital española, experimentó un descenso del 3,8% en el número de vehículos que la transitaron, totalizando alrededor de 374 millones de desplazamientos. Este dato revela una disminución con respecto al año anterior, con una media de más de un millón de trayectos diarios, alcanzando los 1.140.000 en días laborables y aproximadamente 788.000 los festivos.

El mes de marzo se erigió como el período con mayor volumen de tráfico, registrando 33,8 millones de desplazamientos. Esta cifra asombrosa equivale a la suma de todos los vehículos matriculados en España, representando el parque móvil completo, durante los 31 días de dicho mes. En contraposición, agosto se destacó como el mes con menor tránsito, contabilizando 22,9 millones de vehículos.

La jornada con mayor afluencia vehicular se produjo el martes 5 de septiembre, con un impresionante total de 1.353.917 vehículos. En contraste, la menor afluencia se registró el domingo 13 de agosto, con 478.423 trayectos. Al analizar la media de los días laborables, los jueves emergieron como los de mayor ocupación, con una cifra promedio de 1.152.000 vehículos, mientras que los lunes experimentaron la menor actividad, con 1.112.500 desplazamientos.

Horarios con mayor tráfico

En cuanto a las horas del día, la demanda máxima se concentró en tres tramos específicos: de 6.00 a 10.00 horas, de 14.00 a 16.00 horas y de 18.00 a 20.00 horas. Por otro lado, la ocupación más baja se registró entre las 22.00 y las 6.00 horas. La distancia media recorrida por los usuarios fue de 6,6 kilómetros, manteniendo una velocidad media de 69,5 kilómetros por hora.

Este descenso en los desplazamientos por la M-30 coincide con varios factores que han influido en los patrones de movilidad en Madrid. En particular, destaca el récord de usuarios registrado por EMT Madrid, superando los 454 millones de viajeros transportados en 2023, lo que representa un incremento notable del 21,8% en comparación con el año anterior. Además, el encarecimiento del precio del combustible y la implementación del teletrabajo han dejado su huella en la movilidad de la ciudad.

Este fenómeno plantea interrogantes sobre la evolución de la movilidad urbana en el futuro, con posibles cambios en la preferencia por el transporte público frente al privado, así como una mayor conciencia ambiental y la adopción de nuevos modelos de trabajo que favorezcan el teletrabajo. La interacción de estos factores señala la necesidad de adaptar las infraestructuras y políticas de movilidad a las cambiantes dinámicas de la sociedad madrileña.