Un público cada vez más entendido y deseoso de diferenciarse obliga a los fabricantes a mover ficha, como acaba de demostrar Ford con su B-Max. Un nuevo monovolumen de segmento B, sí, pero con características netas que lo diferencian de toda su competencia directa.

Y es que el B-Max va más allá en cuanto innovaciones y presenta, como primicia en su tipología, ausencia de pilar central. Esa viga vertical que llevan todos los coches entre las puertas delanteras y traseras para ganar rigidez al bastidor. Los técnicos de Ford han suplido su ausencia con puertas reforzadas, de modo que su eliminación no merma la fortaleza del conjunto. Gracias a ello y a que las puertas traseras, además, son deslizantes, el B-Max presenta un hueco máximo para acceder al interior de 150 centímetros. Un espacio fundamental para introducir en la zona trasera a niños pequeños alojados en sillitas o personas mayores que pueden tener alguna dificultad en un coche “normal”, y que aquí entrarán sin problemas. Como forma parte de la familia de monovolúmenes Ford, su altura asegura que la maniobra se complete casi sin agacharse, con el mínimo esfuerzo.

Bien equipado

El equipamiento del nuevo Ford B-Max es muy completo en sus 2 versiones disponibles, Trend y Platinum. Ahora además, en su lanzamiento, hay un todavía más interesante B-Max EcoBoost Edition con motor de gasolina de 120 CV disponible por 15.450 euros: comprende conectividad SYNC con botón de alerta a servicios de rescate Ford Help SOS, climatizador, radio SONY con puertos USB y Aux-in, sensores de lluvia y luces, control de velocidad, llantas de aleación de 16 pulgadas, LED para el alumbrado frontal diurno, antinieblas, Ford Vectoring Control para asegurar la estabilidad en curva, asistente de arranque en pendientes HLA, sensor presión neumáticos, cromados decorativos, volante de cuero, retrovisor interior suplementario para la supervisión infantil, 4 elevalunas eléctricos y piso de maletero ajustable, entre lo más significativo.

Tres motores y 4 potencias comprende la gama B-Max. En diésel un Duratorq TDCi 1.5 de 75 CV y un 1.6, también Duratorq TDCi, que rinde 95 CV; y en gasolina, y como va a ser norma en toda la gama Ford, un magnífico EcoBoost tricilíndrico 1.0 de 100 ó 120 CV.

De todos ellos, Diario Abierto escoge los de gasolina, de respuesta progresiva y sonido más agradable. Consumen algún litro más que los TDCi, pero las satisfacciones al volante son superiores. Por cierto, todos los B-Max asocian un cambio manual de 5 velocidades bien escalonado.