Hace unos años Volkswagen apostó por una versión aún más potente que el Golf GTI llamada a colmar las expectativas de los más exigentes. Entonces montaba un motor de 6 cilindros que proporcionaban 241 CV con unos consumos desorbitados. Ahora, en su cuarta versión, y gracias a la magnífica generación de motores TSI, el nuevo Golf R puede presumir de más potencia a cambio de un gasto casi «ridículo» si no pisamos con decisión el acelerador.

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De imagen exterior distintiguida, el nuevo Golf R sigue siendo un «coche discreto» que no presume de lo que esconde. Unas entradas de aire mayores, parrilla con logo R, faros bixenón que integran luces de día en U rematan un frontal atractivo que se ve confirmado en la zona trasera con un nuevo difusor R y, por primera vez en un Golf, con 2 salidas de escape dobles.

Y en el interior, manteniendo la imagen «austera» de cualquier Golf, hay numerosos detalles específicos como asientos deportivos muy cómodos, decoración Carbon Touch muy elegante, relojes con las agujas azules, perfiles del revestimiento de las puertas iluminados también en ese mismo tono y pedalier de acero pulido, muy deportivo.

300 CV y mucho más

Basado en el mismo motor de gasolina turbo de 4 cilindros con inyección directa (TSI) 2.0 del actual Golf GTI, el nuevo R ha sufrido serias modificaciones tanto en la culata como en los pistones, las válvulas de inyección (de alta presión) y el turbo para ofrecer unos sobresalientes 300 CV/380 Nm con los que lanzarse al asfalto o al hielo, como pudimos comprobar en la presentación en el norte de Suecia sobre un lago helado. Y todo con un consumo un 18 por ciento menor que la anterior generación y 30 CV extra.

Como en anteriores versiones, el nuevo Golf R viene de serie con la tracción total 4 MOTION mediante embrague Haldex de quinta generación, que es una maravilla y que solo forzando mucho las cosas y desconectando el estabilizador ESC Sport conseguía hacer derrapar y cruzar el coche sobre la superficie helada del lago.

Auto secuencial de doble embrague como extra

También, y aunque no pudimos probarla, pues sobre el hielo era mejor disponer de la caja de cambios manual de 6 velocidades, en opción está el muy recomendable cambio automática de doble embrague DSG.

Todo unido a un chasis rebajado 20 mm y al citado ESC Sport desconectable por completo por primera vez en un Golf hacen del R una maravilla con la que ir muy rápido con garantías.

Pero, además, el Golf R viene de serie con diferencial de deslizamiento limitado EXD+ en ambos ejes que ayuda a entrar más rápido en las curvas, ya que frena ligeramente las ruedas interiores para darle más salida a la exterior. Y está disponible como opción con la suspensión adaptativa electrónica DCC con 4 modos de uso: Comfort, Normal, Sport y Race. Modifican la respuesta del motor, la amortiguación y el cambio para adaptarlos a la conducción que queramos.