Para poner al día el Freemont, antiguo Dodge Journey, Fiat ha practicado a este crossover, mitad todocamino, mitad monovolumen de talla grande a un conjunto de mejoras estéticas que, sin cambiar de manera sustancial su esencial, sí transmite frescura y un aspecto más aventurero a este competitivo modelo.

Para ello, el nuevo Freemont, o si se prefiere el Freemont 2015, presume desde ahora de la versión que protagoniza estas líneas, conocida como Cross, que adopta paragolpes diferenciados, una pieza de efecto cromado que oficia de semiprotector de bajos, faros antiniebla y parrilla diferenciadas. Junto a lo anterior, raíles de techo cromados con soportes negros, spoiler trasero, llantas específicas (en opción negras y de 19 pulgadas de diámetro) y una zaga con un tratamiento en la misma línea.

Ya en el interior, de lo más modulable y capacitado para albergar hasta siete pasajeros (los de la tercera fila, mejor si se trata de niños o chavales de poca edad) presume de nuevos asientos tapizados en cuero negro con detalles grises en contraste, esquema que prolonga a los paramentos de las puertas o el apoyabrazos anterior. Su dotación de serie es, como siempre, de lo más completo, entre otros con display de gestión táctil en la consola, junto a estas líneas, con un tamaño de 8,4 pulgadas.

Fiat vende este inédito Freemont Cross (4,92 metros de largura) con motorizaciones de gasóleo 2.0 en un doble escalón de fuerza: 140 CV y 170 CV. El primero (6,4 l/100 km de promedio homologado) es exclusivamente de tracción delantera, mientras que el Freemont Cross 170 puede solicitarse con idéntica arquitectura o bien con tracción integral AWD, que mediante un embrague automático deriva par motor al eje trasero cuando el delantero pierde agarre.