El directivo español se aprieta más el cinturón que el europeo en el coche de empresa

24/06/2012

Miguel Ángel Valero. El 84% de los directores generales, frente al 63% de 2011, han optado por tomar las riendas para reducir los costes un 2%, mientras en el resto de Europa delegan y aumentan éstos el 4%

La flota de automóviles es el tercer coste más importante de una empresa, tras Recursos Humanos e Informática. Por ese motivo, llama la atención dato que proporciona el V Barómetro España del Corporate Vehicle Observatory, impulsado por Arval (la filial de gestión de flotas de vehículos del grupo BNP Paribas): “En un contexto marcado por la austeridad y la contención presupuestaria, las flotas se sitúan en el punto de mira de las empresas por representar uno de los gastos más gravosos en su cuenta de resultados. Esta situación ha llevado al 84% de los altos directivos españoles -frente al 63% del año pasado- a implicarse directamente en las políticas de control relacionadas con los vehículos corporativos”. De esta forma, el estudio, realizado entre más de 4.800 gestores de flotas de pymes y grandes empresas en 16 países para determinar las tendencias actuales y futuras del coche de empresa, muestra cómo los altos ejecutivos de las empresas españolas han cogido las riendas de una actividad que, si antes delegaban en los responsables de flotas, ahora han decidido controlar directamente, lo que permitirá disminuir la presión sobre los costes del 12% al 10%.

Además, los directivos comienzan a ver el vehículo de empresa “no tanto como una fórmula retributiva en especie sino como una herramienta de trabajo para atraer nuevo negocio en un intento por reforzar su actividad”. Así, más del 60% de la flota son vehículos destinados a actividades comerciales, cuatro puntos más que en 2011. Esto pone de manifiesto que “la máxima prioridad es la búsqueda de negocio: vender, en definitiva”.

Los vehículos de incentivos, en un contexto de contención salarial y de medidas de austeridad, bajan en España a la mitad, al 2%, muy por debajo de la media europea, que es del 13%.

Esta actitud de los directivos españoles contrasta con el escenario que se dibuja en el resto de Europa, donde los ejecutivos “no sólo son más proclives a delegar el control de los gastos de la flota en mandos intermedios, sino que lejos de apretarse el cinturón optarán por aumentar en un 4% su tamaño”, señala Alejandro Madrigal, coordinador en España del Barómetro. El informe destaca que “los directivos europeos actúan de manera contraria a como vienen haciéndolo sus homólogos españoles, limitando los coches para comerciales -que pasarán del 37% al 34%- y aumentando los vehículos de incentivos”. De hecho, los coches como retribución extra al salario aumentarán en tres puntos, hasta representar el 13% de la flota.

Coche compartido

Como alternativa a la reducción de la flota, el 31% de las empresas españolas, cuando en 2011 era el 4%, implantará otras medidas de ahorro. El 11% (10% en 2011) ha incorporado fórmulas de conducción compartida (car pooling). El 3% aplica la telemática, un porcentaje muy pequeño cuando el 57% de las empresas españolas reconoce que es la mejor opción para optimizar las rutas, y el 67%, para reducir el consumo de combustible. Y es que los empleados ven la telemática con desconfianza, como una herramienta de control sobre el uso que hacen del coche de la empresa.

Alejandro Madrigal argumenta que «gracias a los últimos avances tecnológicos, las medidas de car pooling han dejado de ser una iniciativa residual para convertirse actualmente en una alternativa clara de ahorro, ya que permiten optimizar la movilidad de una empresa pero, lo más importante, dentro de un presupuesto cerrado«.

Las pymes, reacias al renting

El Barómetro del Vehículo de Empresa evidencia un comportamiento muy dispar entre los directivos de grandes compañías y los de pymes a la hora de abordar la configuración de sus flotas. Así, mientras que los primeros optan mayoritariamente por el ahorro del «todo incluido» que caracteriza al renting, los pequeños empresarios siguen prefiriendo la propiedad al alquiler.

Las grandes empresas, y sus directivos, prefieren contratar con un solo proveedor el alquiler y la gestión de todos los trámites relacionados con el uso de los vehículos (seguros, citas con talleres, entre otros), lo que explica que el renting vaya a alcanzar previsiblemente este año un crecimiento de dos puntos porcentuales entre en este segmento (del 59% al 61%).

Por el contrario, las pymes, menos acostumbrada a echar mano de la externalización de servicios, y sus directivos continúan anclada en la cultura de la compra a pesar de las dificultades de acceso al crédito. Esto explica que sólo el 15% de los pequeños directivos (un punto menos que en 2011) estén aprovechando las ventajas de ahorro del alquiler.

En este sentido, pese a los esfuerzos de los operadores de renting por acercarse al colectivo de pymes y autónomos, lo cierto es que hasta la fecha sólo las grandes empresas son realmente conscientes de las ventajas que supone contar con un coste fijo todos los meses (57%) sin desviarse de él o  controlar eficazmente el presupuesto (11%).

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