Que circulando por la calle la gente te pare para hacerte fotos o preguntar qué coche llevas entre manos y lo que cuesta no suele ser muy común, salvo que circules con un Ferrari o con el R8 de Audi, por ejemplo. Pero que los mismos propietarios de un Ferrari California se paren a tu lado y hagan «mil instantáneas» al mismo vehículo significa que que conduces «algo más».
Y ese «algo más» es el primer deportivo híbrido enchufable del mundo fabricado en serie: el nuevo BMW i8. Un automóvil que cambia la concepción de cómo puede ser un modelo de esta categoría en el futuro más cercano, como avala BMW.
Un modelo con el que es posible alcanzar ritmos de infarto, hasta de 250 km/h (autolimitados electrónicamente), con aceleraciones fulminantes de 4,4 segundos para llegar de 0 a 100 km/h, y con el que circulando con tranquilidad poder recorrer los primeros 100 km con un gasto ridículo de solo 2,1 l/100 km a cambio de 49 g/km. Y es que el nuevo i8 es capaz de todo ello y, además, como hemos comentado, de llamar la atención de todos los que nos circunden por carretera.
Se mire por donde se mire
Al nuevo BMW i8 tan solo le pondría una pega: los tonos decorativos azules de algunas bandas que lo recorren como sello de su tecnología híbrida. Porque el resto resulta apabullante a partir de un diseño limpio y moderno, casi futurista.
El frontal afilado, como buen deportivo, llama la atención porque carece de entradas de aire y está totalmente cerrado para dirigir mejor el viento hacia atrás. La zaga impresiona por las mismas formas futuristas que conforman las distintas partes, y que culminan con unos grupos ópticos eorma de «u» muy sugerentes.
Y el lateral, espectacular, por la amplitud de su batalla y puertas ligeras (por su construcción en carbono) que abren hacia arriba, como las alas de un pájaro. También es cierto que entrar y salir del i8 no es fácil ni cómodo, y que las 2 plazas traseras son testimoniales o para niños pequeños. Pero una vez sentados al volante sorprende lo sencillo que es encontrar la mejor postura para conducir, pese a unas banquetas realmente cortas para un deportivo.
En marcha todas estas disquisiciones pasan a un segundo plano y tanto si queremos exprimir su 35 km de autonomía puramente eléctrica en absoluto silencio como si optamos por explorar sus 362 CV conjuntos el i8 deparará las mayores alegrías. Por otra parte, gracias a que las baterías se encuentran en la zona más baja posible y en el centro del vehículo, el centro de gravedad se ubica en el mejor sitio para encadenar curvas sin apenas balanceos y hacernos disfrutar de aceleraciones brillantes. Aunque para ello habrá que contar con los 129.901 euros que cuesta.
Lo último en tecnología
Si conducir el compacto y eléctrico BMW i3 es toda una experiencia, el nuevo i8 dobla expectativas con un argumento demoledor, aparte de las prestaciones: su autonomía se acerca a 440 km gracias a que, además del motor eléctrico de 131 CV que envía su energía al eje delantero, dispone de un pequeño propulsor de gasolina 1.5 de 3 cilindros que desarrolla 231 CV dirigidos al eje trasero con los nunca nos dejará tirados, al contrario que un eléctrico puro.
También como el i3, su «hermano» urbanita, el i8 está construido sobre una estructura de aluminio muy ligero que se añade a una vasta profusión de fibra de carbono y a otros modernos y ligeros materiales. Además, presenta como opción, aunque aún no se conocen su precio, las primeras luces láser del mercado que amplían visión a 600 metros en vez de los 300 de los LED actuales.
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